viernes, 21 de septiembre de 2007

La evolución del concepto de evaluación en los sistemas educativos

Pedro Ahumada Acevedo habla de la evolución del concepto de “Evaluación”, menciona que de una evaluación que se centraba en el valor de las cosas, se pasa a un concepto de evaluación que le asigna valor a determinados objetos educativos. Poco a poco se fué cambiando el concepto de evaluación, pero siempre se apunta a los resultados del proceso de aprendizaje.
Sin embargo, hoy se acepta una concepción que posee varias propuestas de evaluación, de un comportamiento “relativo” que se basaba en comparar personas, luego pasa a un referente “absoluto” que se centraba en el logro individual de objetivos planteados con anterioridad. Debido a la gran confusión del concepto, sin importar el nivel educacional, la evaluación sigue siendo vista como un proceso independiente del proceso Enseñanza- Aprendizaje y no como un proceso que une ambos términos.
Los profesores debido a todos los alientos de cambiar el proceso evaluativo esperan con esperanzas la respuesta de quienes influenciaron un cambio, sin embargo, cualquier cambio requiere de una introducción de teorías que comprometan la modificación de la concepción y práctica pedagógica que se encuentra en los niveles educacionales, a pesar, que existe creación de teorías éstas no han producido cambios porque no incluyen todos los componentes del proceso Enseñanza- Aprendizaje.
Ahumada Acevedo hace mención que a pesar de que las nuevas propuestas educativas que existen son para mejorar la educación éstas se enfrentan con los procesos tradicionales de evaluación, por ejemplo, hasta las personas más estudiosas de la educación opinan que el examen es un elemento primordial en toda acción educativa, a pesar, de que en sus orígenes éste se utilizaba como elemento de discriminación.
Pedro Ahumada, sin embargo, también habla de un sistema alternativo de evaluación de los aprendizajes cuyo objetivo es “averiguar qué sabe el estudiante o qué es capaz de hacer” utilizando métodos distintos a la aplicación de pruebas.
Ésta forma alternativa de evaluación esta centrada fundamentalmente en procesos más que en resultados, una forma de evaluar en que el discente asume la responsabilidad de su propio aprendizaje, aumentando así, la probabilidad de que todo los alumnos aprendan, también implica caracterizar la evaluación como un proceso continuo, dinámico, flexible, reflexivo e inseparable a todo aprendizaje, aceptar el “error” como una forma natural de aprendizaje.
Sin embargo, si no llega a existir un cambio de mentalidad de las personas doctas en evaluación y de quienes llevan a la práctica la evaluación, es decir, los profesores, no se podrá realizar una mejora en el aprendizaje de los alumnos, también se debe reconocer que la mayoría de las instituciones educativas no están preparadas para asumir éste importante desafío.
Ahumada concluye con decir que si sigue existiendo una evaluación que se centre en procesos evaluativos como “pruebas”, será muy difícil que los nuevos modelos de evaluación sean incorporados, estos cambios deben venir desde mucho antes, es decir, los cambios deben ser planteados en las instituciones educativas donde se prepara a los profesores.